Como fotógrafo de bodas y despues de haber conocido a muchas parejas, puedo asegurar que esta es una de esas con las que da gusto trabajar, porque son uno solo, por su sentido del humor, porque solo hay que ver como se miran para confiar en el amor.

Ellos son Raquel y Diego. Y me pidieron esta sesión de pareja, como muchas otras, para poder recordar un momento en el que se sienten bien, un presente que no va a volver, y merece ser inmortalizado.

Raquel es una apasionada de la moda y blogger en Kela Taconea.

Diego es un compañero de bodas y videógrafo en La Casa Azul.

En pleno invierno nos fuimos hasta Suances aprovechando que las nubes nos dieron un poco de tregua, en una época en la que en el norte no deja de llover, el frío te penetra en los huesos  (y se nota en las fotos).  Dimos un paseo por la playa de Ubiarco, asomándonos a la impresionante ermita de Santa Justa. Después fuimos a la cercana playa de Tagle, que a pesar de haber sido golpeada por el último temporal en el cantabrico. conserva su imagen espectacular entre los acantilados y el mar.

Este es el resultado de una tarde de frio y viento, pero con mucho mucho amor.

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